Monasterio Albertiniano Inmaculada Concepción de María
Carisma
Consiste en Seguir a Nuestro Señor Jesucristo casto, pobre y obediente, en
comunión de vida y comunidad de bienes in Deum, según el ideal de la primitiva
comunidad de Jerusalén (Hch 4, 32-35), para ser comunidad a la manera de la
Trinidad Santa de Dios y, desde este dinamismo trinitario, ser testigos del reinado
de Dios en el corazón del mundo que vive como si Dios no existiera (“etsi Deus non
daretur”).

Finalidad
La fraterna exhortación, la animación y el mutuo auxilio en la caridad, para vivir la
consagración monástica según el espíritu de la “Regula ad Servos Dei” de San
Agustín, el contemplativo de la Sierva de Dios Madre Albertina, bajo la autoridad del
Prior y “la vigilancia peculiar del Obispo Diocesano” (C. 615) y “su cuidado especial”
(C. 594)
8. Volver a la fuente del carisma monástico agustiniano, truncado en la historia por la
invasión de los bárbaros a Hipona y la inminente caída del Imperio Romano de
occidente.

