Ars celebrandi

El ars celebrandi,  presupone una sensibilidad y docilidad a la presencia del misterio en la celebración, relaciona la dimensión sagrada del rito litúrgico con el transcendental de la belleza. Es por ello que en el monasterio damos tiempo a la celebración, dando espacio a la belleza, la armonía en la justa proporción, para poder admirar la Liturgia. El monje asume en la liturgia la actitud del que contempla, del artista que se mueve en lo que está más allá. En el monasterio la cadencia celebrativa y el decoro litúrgico mantiene en nosotros y hacia los demás una mirada contemplativa, que se alimenta del silencio.